Un amigo me comento hace tiempo que Internet tiene una virtud que para mi es defecto, nos ha hecho ciegos. Es decir se potencia todo aquello que en tu vida real con los ojos abiertos no admitirias posiblemente, pero no ves a la otra persona, esta del otro lado, solo lees palabras y le das la intencionalidad que quieras, según tu estado ese día.
Ciegos a la realidad, ciegos a lo que se esconde en un mágico sitio mal usado
Hemos hecho de nuestros pc's una prolongación idealizada de quien somos en nuestras relaciones sociales y vamos perdiendo la singularidad que teniamos como seres humanos. Evitamos así ser juzgados porque no se nos ven los gestos que acompañamos las palabras
Todo esto es más evidenciable donde se pueda chatear o interactuar. En un chat somos además un personaje de una representación en que todas nuestras frustraciones, carencias de todo tipo y deseos más ocultos se pueden manifestar, total somos un nick que no dice mucho de nosotros, lo podemos cambiar cuando queramos. Carecemos de escrupulos puesto que es una charada interactuada y pocas veces sincera.
Hay gente que entra por pasar el rato, otras para evadirse de la última bronca en casa o buscar un cariño ficticio que llene los huecos emocionales de una vida personal inadecuada, de soledad no buscada. Cada nick encierra un mundo y no tiene porque ser sincero.
Así que optamos por ser ciegos a todo aquello que leemos aunque no le veamos lógica posible, la cuestión es que alguien o algo nos hace sentir más plenos, más llenos momentaneamente y nos hacemos adictos a no ver. Tal vez ese refrán tan español de ojos que no ven corazón que no sufre es el que mejor encaja en estas situaciones.
Se de historias de amor de largo tiempo en Internet que no han resistido la verdad de lo cotidiano, de una convivencia o conocimiento personal en que los ojos participan y nos dan una idea en conjunto de quien es la persona que estuvo detrás de una pantalla. Igual que se porque me ha pasado de amistades que ni el tiempo, ni la distancia ha borrado el compañerismo, la comprensión, la voluntad de crecer y apoyarse.
Pero no eramos ciegos, habia entonces una inocencia cuando Internet casi estabamos descubriendolo sin intereses sexuales de por medio, ahora se ha prostituido la comunicación en aras de satisfacciones inmediatas pero a la larga muchisimo más frustrantes. Los adictos a las redes sociales en breve serán una patología psicologica de dificil tratamiento, ya que han sustituido la presencia por la virtualidad.
Sigamos buscando en el día a día la realidad no nos refugiemos en la distancia de la virtualidad por miedo a vivir. Duele más es cierto, pero siempre lo recordaras porque lo pasaste. Un recuerdo no es tal sino lo has sentido.
Ciegos a la realidad, ciegos a lo que se esconde en un mágico sitio mal usado
Hemos hecho de nuestros pc's una prolongación idealizada de quien somos en nuestras relaciones sociales y vamos perdiendo la singularidad que teniamos como seres humanos. Evitamos así ser juzgados porque no se nos ven los gestos que acompañamos las palabras
Todo esto es más evidenciable donde se pueda chatear o interactuar. En un chat somos además un personaje de una representación en que todas nuestras frustraciones, carencias de todo tipo y deseos más ocultos se pueden manifestar, total somos un nick que no dice mucho de nosotros, lo podemos cambiar cuando queramos. Carecemos de escrupulos puesto que es una charada interactuada y pocas veces sincera.
Hay gente que entra por pasar el rato, otras para evadirse de la última bronca en casa o buscar un cariño ficticio que llene los huecos emocionales de una vida personal inadecuada, de soledad no buscada. Cada nick encierra un mundo y no tiene porque ser sincero.
Así que optamos por ser ciegos a todo aquello que leemos aunque no le veamos lógica posible, la cuestión es que alguien o algo nos hace sentir más plenos, más llenos momentaneamente y nos hacemos adictos a no ver. Tal vez ese refrán tan español de ojos que no ven corazón que no sufre es el que mejor encaja en estas situaciones.
Se de historias de amor de largo tiempo en Internet que no han resistido la verdad de lo cotidiano, de una convivencia o conocimiento personal en que los ojos participan y nos dan una idea en conjunto de quien es la persona que estuvo detrás de una pantalla. Igual que se porque me ha pasado de amistades que ni el tiempo, ni la distancia ha borrado el compañerismo, la comprensión, la voluntad de crecer y apoyarse.
Pero no eramos ciegos, habia entonces una inocencia cuando Internet casi estabamos descubriendolo sin intereses sexuales de por medio, ahora se ha prostituido la comunicación en aras de satisfacciones inmediatas pero a la larga muchisimo más frustrantes. Los adictos a las redes sociales en breve serán una patología psicologica de dificil tratamiento, ya que han sustituido la presencia por la virtualidad.
Sigamos buscando en el día a día la realidad no nos refugiemos en la distancia de la virtualidad por miedo a vivir. Duele más es cierto, pero siempre lo recordaras porque lo pasaste. Un recuerdo no es tal sino lo has sentido.
Lo virtual tiene muchas ventajas pero choca con un muro y es el salto a la realidad. En el mundo virtual los problemas se sortean a base de clicks de ratón. En la vida real no es tan sencillo. Para mi el riesgo está en los más jóvenes, deben saber combinar ambos mundos lo que puede ser muy bueno, pero ceñirse solo a lo virtual sin duda generará problemas emocionales y participar del auto engaño que da título a tu entrada. Saludos
ResponderEliminarPero al final lo unico que vale es la realidad. Los jovenes han hecho de las redes sociales una retrasmision de sus vidas, y eso no puede ser bueno para nadie.
ResponderEliminarSaludos y gracias Carlos