Cita en el INEM, las
11:30, para una reunión tutorial.
Yo había acudido por otros motivos, así que
me preguntaron antes de hablar si venia a esa reunión y no era ese el motivo por el que me encontraba allí, me dijo el de
Seguridad es que hay 15 personas citadas y solo han acudido 3 por si llegaba
con retraso.
Espere el turno para resolver mis asuntos
y a la salida le pregunte al Sr. de Seguridad ¿han venido los demás? No Sra., nadie.
Me admira, sé que no es que ayuden a casi
nada lo que organiza en INEM, pero como en estas circunstancias nos podemos
permitir no ir. ¿Hay algo más que hacer que nos lo impida? No me lo creo, la
desidia tan española de la queja permanente y de no hacer nada me abruma.
Fuimos un país de luchadores y ahora lo
queremos todo hecho, sin esfuerzos, que el trabajo nos venga a buscar, que nos
ayuden sin presentarnos a nada, en que momento hemos dejado de creer en
nosotros, en la lucha continua y la mejora permanente.
Echar la culpa en las redes sociales a
Merkel por ejemplo de que no venga a España es absolutamente ridículo, ahora es
el enemigo, cuando hemos permitimos en este país dando la callada por respuesta
años de desgobierno y despilfarros ahora es solo quejarse, protestar que no
digo este mal pero dejar que la corriente nos lleve, normalmente conduce a
naufragios y desastres.
Prefiero seguir pensando que mi país es más
que válido, que es una muy mala época pero no se puede uno rendir ni acomodarse
a la nada.